El telestudio se muestra como un método alternativo en la educación universitaria
- Marc Batalla
- 2 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 31 may 2020
Tras el cierre de todos los centros educativos, las universidades han adoptado medidas que permiten a los alumnos mantener un seguimiento de las clases docentes

Imagen de un estudiante. Fuente propia
Redactor I Marc Batalla Poveda
La situación excepcional que vive el país con la irrupción del COVID-19, obligó al gobierno a decretar el confinamiento, lo que implicó el cierre de todas las aulas universitarias desde el pasado 15 de marzo. Esta decisión ha provocado que profesores y estudiantes hayan tenido que cambiar por completo sus hábitos de trabajo y estudio para adaptarse al sistema que siguen otras universidades digitales como por ejemplo la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), el telestudio.
Pasar de una educación presencial al telestudio, ha mostrado la gran cantidad de recursos multimedia que ayudan a que este modelo educativo sea viable en muchas carreras universitarias. No obstante, la digitalización aún no ha podido cubrir todas aquellas actividades prácticas que algunos grados necesitan, causando indignación e insatisfacción en gran parte del alumnado universitario.
Arnau Congost, estudiante de primer grado de arquitectura, se levanta cada mañana a las ocho para iniciar a las nueve en punto las clases teóricas que tiene programadas de lunes a viernes utilizando plataformas de chat y videollamadas como Meet y Zoom. Estas son unas excelentes plataformas que permiten conectarse a través de videoconferencias con muchas otras personas, pero sin perder el rol de ser el organizador. Estas aplicaciones permiten el seguimiento y la interacción diaria entre el profesorado y los estudiantes. Laura Rota, profesora de lengua inglesa en la “Escola oficial d’Idiomes de Sabadell”, explica que utiliza la plataforma Meet porque ofrece muchas facilidades a los profesores para llevar el control de las videollamadas y así evitar el caos que puede surgir al impartir clases virtuales a más de 30 alumnos a la vez. Marc Bros, estudiante de relaciones internacionales, también realiza sus clases a través de Microsoft Teams, una nueva aplicación lanzada por la propia Microsoft y que tiene características similares a las explicadas anteriormente. Pero no todo son aplicaciones ajenas a la universidad, Oriol Trigo, estudiante de segundo de economía realiza la mayoría de su actividad educativa a través del Campus Virtual, sistema propio de la universidad que permite a alumnos y profesores intercambiar material, entregar tareas e incluso realizar exámenes.

Imagen de Oriol Trigo estudiando. Fuente Propia
Por otro lado, si bien es cierto que con la digitalización el telestudio ha ganado fuerza, aún son muchas las actividades pedagógicas que no se pueden realizar siguiendo este método educativo. Raúl Bonilla, #alumno de segundo grado de bioquímica, dedica gran parte de la mañana a realizar sus clases teóricas a través de Internet des de su habitación. Mientras que las tardes, que anteriormente las dedicaba a la realización de las prácticas de laboratorio, actualmente las dedica a ver sus series favoritas. Raúl nos explica que el telestudio, hasta que la realidad virtual pueda remediarlo, no permite cubrir aquellas clases que necesitan de material especial para realizarse, como son por ejemplo laboratorios, rodajes, robótica… Por tanto, la situación actual del país provoca que muchas carreras se encuentren actualmente fraccionadas, con una parte de teoría que funciona correctamente, mientras que la parte práctica está bloqueada, circunstancia que ha motivado a los alumnos a exigir para este curso académico el aprobado general.
Aunque aún queda mucho camino por recorrer para que el telestudio se muestre como una medida alternativa al estudio presencial, es cierto que la digitalización se ha convertido en su principal aliado para perfeccionar sus métodos educativos. Tendremos que ver con el paso de los años si esta alianza prospera.
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