Crónica de un suspenso de clases anunciado

Posibles ventajas y retos del telestudio

Redactora I Adela Faura moreno

Contexto

Era cuestión de tiempo… Al final, este 1 de abril de 2020, el gabinete del rectorado de la UAB ha dado por finalizada la docencia presencial que “continuará en formato virtual”. Ante tal postura: incertidumbre, miedo y respeto son las sensaciones que nos invaden.

Pero recapitulemos en el tiempo, vayamos al inicio de esta historia, al inicio del confinamiento. Unas semanas antes la OMS había declarado el brote de coronavirus "pandemia global" y como consecuencia el 13 de marzo Sánchez declaró el estado de alarma en España. Las medidas que se tomaron en el decreto inicial se fueron endureciendo conforme la mitigación y contención del virus no daba resultado. No obstante, una de las primeras medidas fue la cancelación provisional de la actividad docente y de los actos multitudinarios, así como la limitación en muchos trabajos.

Una vez dada la orden como ciudadanos aceptamos la situación. Pero ahora nos hallamos en vilo, la pregunta del millón: “¿qué será del curso académico a partir de ahora?”. “Continuará, pero se adaptará” nos dicen. Lo que supone que una universidad pública, como es el caso de la UAB tendría que enseñar con un modelo de docencia que no ha utilizado antes, que, aunque cuente con herramientas virtuales, estas, se usan principiante para entregar tareas online (el campus virtual o Moodle).

Experiencias anteriores

Además, hay que tener en cuenta que lo más parecido que encontramos a esta experiencia y que podría ser considerado como caso piloto son los grados universitarios a distancia con un sistema diferente al que ahora debemos imitar. Sin embargo, aunque en España hay un número significativo de universidades en las que poder estudiar a distancia en la mayoría de las universidades públicas no se imparten carreras en la modalidad online.

La oferta de títulos universitarios que se pueden estudiar online se concentra, principalmente, en las universidades privadas de nuestro país. Además, estas universidades son las que más tiempo llevan trabajando con esta metodología. Las más reconocidas son algunas como: la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), la Universidad Internacional de Valencia (VIU), la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y, como no nuestro referente más directo, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) que a diferencia de las anteriores y como excepción es una universidad semipública.

Ventajas e inconvenientes de estudiar a distancia Profesionales y estudiantes destacan las ventajas y los inconvenientes de estudiar desde casa. En primer lugar, señalan como punto positivo ahorrase desplazarse, algo que se traduce en un ahorro de tiempo y dinero. También destacan la flexibilidad horaria, porque los estudiantes pueden decidir cuál es su horario de estudio en función de sus necesidades. Y, finalmente destacan la comodidad. Puedes estudiar a tu ritmo y sin que nadie te moleste. Ahora bien, debes buscar un lugar tranquilo y necesitas fuerza de voluntad para auto motivarte.

Fuente: Propia

Por el contrario, estudiar desde casa también tiene sus desventajas. “Tal vez, uno de los mayores inconvenientes que tenga este tipo de estudio es que se necesita mucha constancia para ir entregando todos los trabajos, se requiere mucha autodisciplina” nos comenta Manuel Ávila, estudiante de derecho de la UOC. Otro problema, la dificultad para realizar prácticas. Estudiar desde el hogar puede causar que el aprendizaje experiencial sea menor. Similar a este, otro gran hándicap de estudiar desde casa es realizar las evaluaciones o exámenes. “Se trabaja con la posibilidad de mantener un periodo para la evaluación presencial de las asignaturas del segundo semestre entre mediados de junio y mediados de julio” comunicaba la rectora de la UAB, Margarita Arboix.

Además, señalan el inconveniente de la interacción social limitada, tanto con el profesor como con los compañeros. “Aunque estudiar desde casa puede provocar que el estudio se convierta en impersonal, los profesores de la UOC tienen un contacto muy dinámico con sus alumnos” señala Manuel. Y finalmente, hay que tener en cuenta el aspecto técnico. Este tipo de formación requiere contar con elementos tecnológicos y el dominio de estos para que las clases sean productivas. Los docentes se enfrentan a nuevos retos (Teams, Zoom o Streams). “Llevo mal el tema informático me da profunda inseguridad” asegura Lourdes Viladomiu, profesora de Teoría y estructura Económica de la UAB.

Por ello, conforme evoluciona el confinamiento, percibo que profesores y alumnos vamos a tener que hacer frente a nuevos desafíos y adaptar a una nueva situación sin precedentes. Los estudiantes deberemos entender los problemas a los que se enfrentan nuestros docentes y viceversa. De igual modo, las universidades hasta ahora no presenciales deberán reflejarse en las que ofrecen estudios a distancia, y trabajar conjuntamente de la mano de los organismos competentes y del ministerio.

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